Bioyantar, un pequeño proyecto de mundo

Bioyantar, un pequeño proyecto de mundo

Pedro Piedra

En el centro de la ciudad de Valladolid (España), bajo una arquitectura en forma cúpula – imagen casual de nuestro globo terráqueo – hemos querido recrear la idea del mundo al que aspiramos.  Se llamará Bioyantar y reunirá desde puestos de venta de productos de agricultura ecológica a exhibiciones de talleres ocupacionales para personas con discapacidad; desde stands de información y venta de organizaciones de comercio justo hasta una jaima, en la que mujeres árabes nos ofrecerán sus dulces más exquisitos; desde catas de bioalimentos de primera línea hasta puntos de encuentro con organizaciones solidarias.

Más que una feria, Bioyantar es una llamada a toda nuestra sociedad, una primera convocatoria definitiva para que se entienda que la vida ha de ser considerada como un hermoso proyecto conjunto, comunitario.  Nuestro planeta nos está gritando, con su voz debilitada pero firme, que hemos de vivir de otra forma; que hemos de cambiar nuestra relación con una naturaleza asfixiada por el cambio climático y extenuada por la sobreexplotación, y con un ser humano que sigue aceptando valores y promoviendo acciones que generan muchas veces discriminación, hambre, guerra y sufrimiento.

Que nuestro mundo recupere su aliento pasa por producir de un modo más respetuoso con un medio ambiente, que no puede ser sólo un espacio para el negocio sino un ámbito en el que demos tanto como recibimos.

Que las sociedades renuncien a toda la inhumanidad que admiten en su interior pasa por plantear, de forma radical, unas relaciones más fraternales con las otras personas, donde tengan cabida aquéllos a los que hemos considerado más débiles por sufrir problemas psíquicos o físicos o por ser juzgados como ajenos a nosotros, como extranjeros.  Juntos tenemos que aportar algo a la construcción de un futuro diferente que nos comprenda a todos.

La salvación del ser humano en cualquiera de las formas que pueda concebirse de aquí en adelante ha de plantearse como un acontecimiento global, como una empresa acuciante que nos convoca a todos, que nos exige a todos y que ha de reunirnos a todos.

Bioyantar aspira a ofrecer en dos días, físicamente, una idea del mundo que queremos construir.  Un mundo en el que personas con capacidades distintas de las estándar aportan sus habilidades; en el que los que vienen de fuera son acogidos como iguales y los que viven y trabajan lejos reciben nuestro apoyo, nuestro reconocimiento y nuestra equidad a través de unas relaciones comerciales justas; en el que la tierra agradece nuestro trabajo con unos frutos puros procedentes de una agricultura comprometida con el equilibrio ecológico y en el que los amigos se reúnen para trazar nuevos planes de solidaridad.

Bioyantar es una tentativa – quizá no tan utópica – en la que cabemos todos.  Todos somos necesarios en ella y cada uno habrá de aportar según su capacidad y de recibir según su necesidad.

Partimos de nuestro compromiso con la agroecología pero, para nosotros, este concepto no se referirá únicamente a una ecología exterior, que incluya unas relaciones sanas con la naturaleza a través de la agricultura, sino también de una ecología interior, tan esencial como la otra… y que, como aquélla, evite los pesticidas del odio, del rencor, de la explotación y de la insolidaridad.

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