Compromiso forestal en el Internado-Escuela San Ignacio del Masparro de Fe y Alegría

Compromiso forestal en el Internado-Escuela San Ignacio del Masparro de Fe y Alegría

Alumnos de San Ignacio del Masparro en plena plantación forestal. Foto de: Cus Arzubialde

Cus Arzubialde

“Sería una victoria sobre la improvisación y la futilidad, que Fe y Alegría pudiera en el porvenir sostener buenos Centros Educativos, con la producción de las maderas de algunos bosques, que hayan plantado, cultivado e incrementado sus Alumnos y Maestros.

Me imagino que esos bosques tendrían para ellos, el carácter sagrado, que han inspirado siempre a los hombres profundos y reflexivos, los árboles frondosos y gigantescos.  Habría nacido otra generación constructiva, mil veces por encima de los instintos depredadores, que caracterizan desgraciadamente a muchos hábitos populares que nos rodean.” (P. José María Vélaz SJ, Cartas del Masparro Carta nº 21)

Plantación de árboles de caoba en 2001. Foto de: Cus Arzubialde

Estas palabras del P. José María Vélaz, fundador del movimiento de educación popular Fe y Alegría extendido hoy por toda América Latina, son el marco inspirador de la actividad forestal y ecológica de la Escuela-Internado de San Ignacio del Masparro (Barinas, Venezuela).  Esta Escuela fue fundada por el P. Veláz y precisamente aquí le sorprendería la muerte en 1985.  San Ignacio del Masparro recibe cada año más de 300 niños y niñas campesinas, formando una pequeña población al modo de las misiones jesuíticas del Paraguay, una comunidad ejemplar en los extensos Llanos venezolanos.

La escuela está situada en una finca de 500 hectáreas que tiene como función servir para el aprendizaje de los alumnos y contribuir al sostenimiento de la escuela.  La actividad principal es la ganadería a la que se dedican 300 Ha; otras 60 permanecen como bosque nativo, constituyendo una magnifica reserva natural para fauna y flora llanera.  Existen 25 Ha de plantaciones forestales principalmente teca, caoba y otras especies nativas.

Plantación de árboles de caoba en 2011. Foto de: Cus Arzubialde

Estas plantaciones, alejadas de la ganadería, realizadas por  alumnos, profesores, obreros y voluntarios en el Masparro a las que se dedican una ó dos  hectáreas cada año, forman preciosos bosques bien cuidados, en ellos podemos visitar plantaciones de distintas edades, algunas están comenzando a producir madera para el mercado.  Las diez hectáreas de teca están ordenadas en un plan de manejo para que, al menos, durante los próximos veinte años produzcan una renta significativa para el mantenimiento de la escuela, el resto están siendo cuidadas.  Estas plantaciones están situadas en los bordes del bosque natural, actuando como defensa del mismo.

Plantación de árboles de teca en 1996. Foto de: Cus Arzubialde

Es cierto que las plantaciones forestales no son igual de ricas y variadas – desde el punto de vista de la naturaleza – que los bosques originarios, pero ayudan a disminuir algunos de los grandes problemas creados por la deforestación entre los cuales podemos mencionar: sirven de vivienda y cobijo para muchos animales silvestres; protegen las orillas de caños y ríos frente a la erosión; crean condiciones micro climáticas para que otras plantas silvestres puedan vivir; protegen los fragmentos de bosques del efecto de borde que acaba matando los árboles; aminoran los vientos desecantes en verano y su sombra mantiene mejor la humedad; crean un paisaje más rico y variado; además de representar un sumidero de carbono importante para frenar el avance del efecto invernadero (cada hectárea de plantación forestal puede “secuestrar” al año unas veinte toneladas de CO2).

Plantación de árboles de teca en 2010. Foto de: Cus Arzubialde

Desde el punto de vista social y educativo, los árboles no sólo aportan riqueza de forma sostenible, también fomentan valores muy importantes entre las personas que los plantan: las personas se hacen más previsoras, planifican su futuro a medio-largo plazo; crean lazos con la tierra: “plantan sus propias raíces” y se transforman de un día para otro de “destructores de la naturaleza” en mejoradores y defensores de la misma.  Hace quince años en San Ignacio del Masparro, continuando el trabajo iniciado por el Padre Velaz, se puso en marcha un proyecto financiado por la Unión Europea que, entre otros objetivos, buscaba reforzar el rubro forestal en la finca del colegio: hace años cuidadas por Monga y hoy en día por los instructores de campo con los alumnos y alumnas, existen unas magníficas plantaciones de teca, caoba, apamate, saqui-saqui, pardillo negro.  Más de 20.000 árboles se han cuidado con gran cariño y forman excelentes bosques, que son visitados con frecuencia por técnicos y estudiantes; algunos ya están produciendo ciertos ingresos al

Madera de teca lista para ser vendida. Foto de: Cus Arzubialde

venderse su madera. Además, existe un buen vivero que está produciendo árboles para seguir plantando en la finca y vender.  Lo más importante de estas plantaciones es que con ellas hemos aprendido qué tipo de suelo y cuidados requiere cada especie y, sobre todo, los alumnos y alumnas, procedentes de familias humildes de agricultores, están asimilando todas esas técnicas y la posibilidad de llevarlas a sus casas.  Tenemos por lo tanto un bosque productivo-educativo-demostrativo y ecológico.

Familia de antiguos alumnos plantando árboles del vivero de San Ignacio del Masparro. Foto de: Cus Arzubialde

Se realizan actividades forestales, utilizando como aula  y modelo estas plantaciones.  Han participado antiguos alumnos, profesores, estudiantes venezolanos y españoles, técnicos del Ministerio del Ambiente, siendo muy valoradas por todos ellos.  La actividad de extensión y difusión es continua: campañas de plantación con vecinos y alumnos, en donde han participado muchos maestros rurales que son antiguos alumnos del colegio, gracias a estas actividades hay plantaciones forestales en otras fincas vecinas.  El futuro de estas actividades forestales pasa por una integración mayor del ciclo productivo, incorporar un aserradero e integrar enseñanzas de carpintería y ebanistería cerrarían todo el ciclo.

Familia de antiguos alumnos que además de plantación ha abierto una carpintería. Foto de: Cus Arzubialde

Existe hoy en día una Coordinación Nacional de Producción de Fe y Alegría que incluye 15 escuelas agropecuarias, entre las que cabe destacar el formidable Instituto Técnico-Internado de San Javier del Valle Grande de Mérida y el Instituto Universitario Jesús Obrero – Extensión Guanarito.

Dirección contacto:
Internado-Escuela San Ignacio del Masparro de Fe y Alegría
Hacienda San Ignacio del Masparro
Vía Apure (a 10 kms. de Dolores)
Municipio Rojas, Parroquia Dolores
Caserío El Picure
Barinas, Venezuela

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