Consumo y producción responsable

Consumo y producción responsable

Foto de: riopluscentre.org
Foto de: riopluscentre.org

Julie Edwards

Comprender el impacto que tiene nuestro estilo de vida en el medio ambiente es clave para lograr un cambio de comportamiento.  Los residuos, la contaminación y el consumo excesivo, todos perjudican la tierra y sus habitantes, no sólo a través del cambio climático, sino también fomentando la violencia, el desplazamiento masivo de personas, la degradación de la tierra y las prácticas no sostenibles del agua.

El duodécimo Objetivo de Desarrollo Sostenible establecido por las Naciones Unidas reclama el consumo sostenible y los patrones de producción.  Según la ONU, para ello será necesario “hacer más y mejor con menos” e “involucrar a los consumidores mediante la sensibilización y la educación sobre el consumo y los modos de vida sostenibles, facilitándoles información adecuada a través de normas y etiquetas, y participando en la contratación pública sostenible.”

Recientemente, los miembros de la Red de Justicia de la Minería han participado en una campaña centrada en este tema.  La ONG española Alboan, Misiones Jesuíticas del Reino Unido y Centro Europeo Social Jesuita, con el amplio apoyo de Red Justicia de la Minería, han hecho campaña en torno al tema de los minerales de conflicto, ejerciendo presión para cambiar la legislación europea.  Pueden consultar este artículo en Ecojesuit sobre la responsabilidad de los consumidores y la debida diligencia obligatoria.

A los fabricantes de artículos tales como ordenadores y smartphones se les requirará realizar debidas diligencias de sus cadenas de suministro.  Estas debidas diligencias establecerán si algunos de los pagos por los minerales usados en la producción (especialmente tungsteno, estaño, tantalio y oro), procedente de áreas tales como la República Democrática del Congo, están siendo desviados para financiar grupos armados y apoyar los conflictos violentos en África.

Muchas personas no se dan cuenta de todo lo que pasa para producir sus teléfonos celulares.  Son ignorantes tanto de la relación entre la producción y el conflicto, como del impacto de la producción sobre el medio ambiente. La Campaña para la Tecnología Libre de Conflicto  tiene como objetivo cambiar esto y campañas de este tipo son cruciales para asegurar el tipo de consumo responsable previsto en el ODS 12.

La campaña para la Tecnología Libre de Conflicto dirigida por Alboan pretende informar a los consumidores sobre lo que su teléfono móvil esconde, con la esperanza de que esto pueda influir en el comportamiento del consumidor.  Asimismo, también pretende presionar a los políticos para garantizar que se contemplan en la legislación europea requisitos para las debidas diligencias obligatorias.

La producción de las materias primas sólo para un auricular, por ejemplo, puede generar 75 kg de materiales de desecho.  El tungsteno es un componente clave de los teléfonos, que se utiliza en la función de vibración.  Pero sólo hay un gramo de tungsteno en cada tonelada de roca, lo que significa que hay casi una tonelada de residuos por cada gramo de tungsteno utilizado en un dispositivo electrónico.

Nuestro consumo en tecnología también exige una reflexión.  En Europa, alrededor del 40% de los móviles se renuevan cada año, a pesar de que la mayoría de las baterías tienen una vida útil de hasta diez años.  No sólo son insostenibles los índices de consumo, pero desechos tecnológicos significativos se vierten luego en los países más pobres, en contravención de la ley y teniendo un impacto devastador en las sociedades y su entorno.

Para obtener más información sobre la campaña para la Tecnología Libre de Conflicto, incluidos los recursos educativos e información sobre cómo ayudar, consulte la página web.

 Julie Edwards es la responsable de los Servicios Sociales Jesuitas, una organización australiana por el cambio social que trabaja para construir una sociedad justa.  Julie fue nombrado líder del grupo de Incidencia Pública GIAN-Recursos naturales y minerales en 2012, que ahora se llama la Red por la Justicia en Minería.

 

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