Educando sobre el Medio Ambiente en los escuelas, ¿por qué y cómo?

Educando sobre el Medio Ambiente en los escuelas, ¿por qué y cómo?

Educación medioambiental, Guatemala. Foto de: atitala.org

Laure Malchair

Hoy en día, cada vez más escuelas participan en los proyectos de educación medioambiental, desde los niveles de infantil hasta la secundaria. Esta preocupación es nueva, y es el resultado de los desafíos que la ecología presenta. Dado que la conciencia por el medio ambiente comienza con la experiencia directa, resulta lógico que las escuelas promuevan una conciencia social que plantee cuestiones medioambientales. Tales proyectos responden a la misión fundamental de las escuelas de ayudar a los niños, y a los jóvenes, a comprender el mundo y así comportarse mejor en -y con- este mundo.

La historia de la educación medioambiental tiene sus raíces en la Ilustración. Encontramos un primer esbozo en las obras de Jean-Jacques Rousseau Emilio o De la Educación, donde la naturaleza, el Hombre y las Cosas son evocados como los tres maestros. Durante el siglo XX numerosos educadores desarrollaron prácticas educacionales con respecto a la naturaleza y al medio ambiente que han contribuido a alimentar la reflexión y las prácticas sobre este tema. Podríamos citar al  francés Célestin Freinet o al belga Ovide Decroly.

Lapalala Wilderness School consigue el estatus de Eco-escuela, Sudáfrica. Foto de: sasix.co.za

El término “educación medioambiental” sin embargo, tuvo que esperar hasta los años 70 para ser usado y conocido más ampliamente debido a la preocupación creciente sobre el futuro del planeta. La sociedad en su conjunto ha tenido que enfrentarse a nuevas y urgentes cuestiones las cuales han requerido de actores, incluido la educación, para repensar la relación entre el planeta y la humanidad. De esta manera la escuela se convierte en uno de los lugares donde la educación medioambiental debe desarrollarse.

A pesar de que hoy en día todo el mundo coincide en reconocer la importancia de la educación medioambiental, sin embargo, está todavía lejos de ser una realidad. Incluso ciudadanos con una conciencia crítica todavía muestran una falta de concienciación en cuestiones medioambientales. Sin embargo, al profesor comprometido en nuevos proyectos de educación no le faltan puntos donde apoyarse: Informes de investigadores, reflexiones, códigos de buenas prácticas, y otras herramientas educativas se pueden encontrar con facilidad. Podemos describir algunas ayudas de este tipo.

Educación medioambiental, Rishi Valley, Andhra Pradesh, India. Foto de: Mark Edwards, hardrainproject.com

Un primer elemento es que cualquier proyecto de educación medioambiental debería ir más allá del marco de un sólo curso y debería concebirse dentro de un proyecto educativa de la escuela en su conjunto. Los proyectos relacionados con la ecología son una oportunidad para trabajar juntos entre los distintos cursos del escuela. Los estudiantes, una vez motivados para la acción, pueden intervenir para mejorar el estado de sus escuelas y además los más mayores pueden enseñar a los más pequeños; en conjunto puede generar iniciativas creativas en cuestiones medioambientales. Esto creará sinergias y estrategias conjuntas.

Pero antes de involucrarse en un proyecto que reúna a varios grupos y a un gran número de estudiantes es preferible comenzar con proyectos más sencillos. La palabra clave es “experimental”. Los organizadores deberían tratar de colaborar con pequeñas organizaciones y usar herramientas educativas de diferente tipo, contar con apoyos externos, etc. El entusiasmo de un estudiante puede ir contagiando poco a poco a los demás estudiantes.

Educación medioambiental en lsecundaria, USA. Foto de: Tristan Brand, earthhealing.info

Es importante que los proyectos de las escuelas no se limiten sólo a cuestiones prácticas de cómo cuidar el medioambiente sino que debería ayudar a los estudiantes a ponderar su propia relación con el medioambiente. La ecología no es sólo un hecho de cuestiones técnicas sino un espacio de reflexión sobre la relación entre la naturaleza, la humanidad y las actuaciones globales. Como parte integral de este debate, la dimensión política no puede ser evitada. Incluso los más simples gestos ecológicos aprendidos en la escuela pueden ser el punto de inicio para una reflexión más profunda que cuestionen nuestros comportamientos y opciones, más allá de la escuela.

La educación sobre el medio ambiente es multifacética. Todas las edades son apropiadas, e integra elementos esenciales como la creatividad, la regularidad, y la implicación activa de los estudiantes. En el futuro, será decisivo que el diálogo entre los diferentes actores sociales (el escuela, el barrio, las asociaciones y otros grupos sociales) se refuercen mutuamente creando vínculos y descubriendo mejor sus aspectos complementarios. En otras palabras, será necesario articular los objetivos educativos en los objetivos más generales de la sociedad.

Laure Malchair

El autor es un miembro del Centro Avec que es un Centro de estudios de Ciencias Sociales de la Compañía de Jesús en Bruselas, Bélgica. Laure Malchair es licenciada en Lengua y literatura (UCL) y Diplomada Superior en Estudios Europeos (UCL) y en Derechos Humanos y Democracia (EIUC).

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