
Luis Santiago Cano
En la recién celebrada Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, Brasil, el papa Francisco ha enviado un gran número de mensajes importantes no solo para los católicos sino para toda la humanidad. Entre todos ellos destaca uno por el especial significado que tiene dónde lo pronunció: el papa Francisco hizo una llamada para “respetar y proteger toda la creación, la cual Dios se la confió al Hombre, no para que fuera indiscriminadamente explotada, sino para que fuera un vergel.”
Una de las mayores organizaciones conservacionistas internacionales, World Wildlife Fund (WWF), inmediatamente aplaudió el mensaje del papa Francisco. “El hecho que el papa Francisco hablara para proteger la creación y los pueblos indígenas es un mensaje contundente para los católicos y todas las creencias que existen a lo largo del planeta,” dijo Dekila Chungyalpa, directora del Programa Tierra Sagrada de WWF.
El papa Francisco además urgió a prestar atención a un documento redactado en 2007 por los obispos de América Latina y Caribe en el que él mismo fue responsable del borrador, en el que se subraya los peligros a los que se enfrenta el medioambiente y los pueblos indígenas. El documento resalta que “las comunidades tradicionales han estado prácticamente excluidas de las decisiones sobre las riquezas de la biodiversidad y la naturaleza. La Naturaleza ha sido, y continua siendo agredida.”
Estas palabras fueron dichas delante de varios indígenas provenientes de la región amazónica que eran parte de la audiencia. Ellos esperaban que el papa les pudiera ayudar a proteger sus territorios asignados por el gobierno como territorios indígenas, que ilegalmente invaden granjeros y ganaderos talando el bosque para crear pastos y terrenos de cultivo. En los últimos años la ganadería y la consecuente necesidad de pastos ha sido la mayor causa de deforestación en Brasil. Como la señora Chungyalpa remarcó, “él – papa Francisco – ha fortalecido a los indígenas para ser la voz y los garantes de la inmensa biodiversidad que está bajo una gran amenaza, desde Filipinas al este de África y Amazonas.”
De acuerdo con la International Fund for Agricultural Development, una agencia especializada de las Naciones Unidas, hay cerca de 370 millones de personas que se reconocen como indígenas y algo más de 70 países en todo el planeta. A pesar que la población indígena supone aproximadamente el 5% de la población mundial, constituyen el 15% de los pobres del mundo.

En América Latina solo hay más de 400 grupos, cada cual con su lengua y cultura propia. Por ejemplo, Amazonas es el hogar para 33 millones de personas que están bajo amenaza por el cambio climático, la polución ambiental en sus diferentes formas y la deforestación (pérdida de hábitat), entre otros problemas. Sus derechos han sido pisoteados desde el primer periodo colonial de los europeos (principalmente españoles), y siguen siendo todavía violados. Lo que el papa reclamó durante la Jornada Mundial de la Juventud es lo que hicieron en el pasado (un ejemplo son los jesuitas José Gumilla, SJ y Felipe Salvador Gilij, SJ a caballo entre los siglos XVII – XVIII): defender los derechos indígenas y sus territorios. La industria del cine plasmó ese compromiso con los pueblos indígenas a través de una película muy mediática: La Misión (1986).
Algunos siglos después, algunas cosas han cambiado en nuestra aldea global, pero los pueblos indígenas siguen siendo parte del más vulnerable y débil segmento de la población mundial. Es momento de revertir la situación, y hechos como el del papa Francisco puede ser el comienzo. Como WWF pone de manifiesto, “los líderes espirituales son vitales, verdaderos defensores desde sus posiciones. En un mundo donde el 80% de la población abraza alguna fe, ellos son una voz convincente y tienen el poder de mover montañas en sus comunidades. El Papa es uno de los líderes más significativos para hablar en nombre de la naturaleza y los majestuosos lugares y criaturas salvajes que están amenazados.”
Además de las palabras del papa Francisco y su estímulo, tenemos que entender que los indígenas juegan un papel fundamental para la supervivencia de todos nosotros. Un significativo número de pueblos indígenas permanece y viven en sus territorios ancestrales a pesar de las historias trágicas de colonizaciones y desplazamientos. Aquellos indígenas que siguen viviendo en estos territorios tienen como alta prioridad proteger y usar de manera sostenible la biodiversidad, sus tierras y aguas. El mejor ejemplo es Amazonas, que es crucial para la estabilidad del clima a escala global. Respetando los derechos del os pueblos indígenas estamos apoyando a los guardianes de los intereses comunes y el futuro de la humanidad.