
Simone Birkel
Greenpeace ha afirmado en una de sus últimas publicaciones en Alemania que “La protección del medio ambiente debería ser una asignatura en las escuelas.” Igual que apoyo esta demanda, y la posibilidad de integrar la ética medioambiental en la educación religiosa, la cuestión de si sólo la educación puede lograr los cambios sociales necesarios para un estilo de vida sostenible está abierta.
Desde que la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992 y la adopción de la Agenda 21, en la que la triada: ecología, economía, y justicia social fue unificada de una manera global en el concepto “desarrollo sostenible,” quedó claro que las consideraciones sobre el medio ambiente no debían ser discutidas al margen de los factores económicos y sociales. Esta conclusión condujo al establecimiento del programa de Educación para un Desarrollo Sostenible o ESD.
Naciones Unidas declaró el periodo 2005-2014 como la década de “la Educación para el Desarrollo Sostenible” para establecer a nivel global la integración de los principios del desarrollo sostenible en los programas nacionales de educación. En este sentido, es difícil proporcionar temas ecológicos relevantes para ser enseñados sin conocer el contexto concreto de cada escuela.
Una Educación para el Desarrollo Sostenible, especialmente en las escuelas con ideario religioso, sólo tendrá éxito y será viable si el colegio en su conjunto se implica apoyando el proyecto, y si desde todos los ámbitos los intentos para reformar los colegios son hechos siguiendo criterios de sostenibilidad. Este requisito incluye medidas de la administración del colegio, estructurales y de energías de bajo consumo. Lo ideal sería que el proceso del nuevo modelo llevase a un debate para llegar a una declaración de una misión común.

Una posible forma de proceder es introducir programas profesionales de medio ambiente orientados especialmente hacia escuelas y que ponen a toda la institución en la misma perspectiva. El modelo europeo de gestión mediomabiental EMAS ofrece una orientación fundamental. Algunas diócesis en Europa están apoyando a sus escuelas para introducir estas medidas de gestión medioambiental.
Necesitamos una reflexión sobre lo que la educación religiosa puede contribuir para lograr un desarrollo sostenido. La pedagogía cristiana, así como las escuelas en general, no pueden dedicarse simplemente a enseñar “sostenibilidad.” Las escuelas y la enseñanza religiosa estarían sobrecargadas con una tarea como esta: esta misión no puede ser solucionada exclusivamente en la escuela, se necesita crear un marco social, económico y político apropiado. Como mucho, las escuelas pueden apoyar este proceso, pero no pueden actuar como motor decisivo de un desarrollo sostenible generalizado.

El contenido del debate de sostenibilidad era conocido antes de la cumbre de Río de 1992 y también en los programas de educación religiosa. En la cuarta Asamblea del Concilio Mundial de las Iglesias en Vancouver en 1983, fue adoptada una recomendación que integraría a todas las iglesias nacionales en un proceso conciliar para comprometerse mutuamente por la justicia, la paz, y la integridad de la creación.
Lo esencial de este proceso consiste en la conjunción de temas de ecología, economía, y justicia social, así como de múltiples iniciativas que ya han sido desarrolladas como las tiendas de comercio justo, instituciones de educación medioambiental o monasterios que han aplicado técnicas sostenibles en prácticas agrícolas, etc.
Animados por el movimiento conciliar de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, el tema de la sostenibilidad ha encontrado la manera de ser significativo en la enseñanza religiosa durante las últimos 30 años. Redescubrir y renovar estos temas con discusiones apropiadas y actividades atrayentes será la tarea de los maestros y maestras, no sólo en los colegios cristianos.

Dr Simone Birkel es teóloga y trabaja en la Academia de Educación Social en Eichstätt, Alemania. Es profesora también de Educación y Desarrollo Sostenible en la Universidad Católica Eichstätt-Ingolstadt, Alemania. Su investigación se centra en la educación religiosa de los niños y en religión y educación ecológica en el contexto de desarrollo sostenible. Para más información, pueden visitar.