La ecología, foco de atención del apostolado social

La ecología, foco de atención del apostolado social

Patxi Álvarez, SJ

La segunda semana de junio se celebró en Buenos Aires la reunión anual de los delegados sociales de la Conferencia de América Latina y Caribe.  En un clima frío en medio del otoño austral se reunieron cerca unas 30 personas procedentes de las distintas provincias de América Latina.  Entre ellas los coordinadores de la red indígena, de Fe y Alegría y del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJR–SJM), así como otras personas pertenecientes a agencias de cooperación que les apoyan.

La siguiente semana les ha correspondido reunirse a los directores de centros sociales de la Conferencia latinoamericana, en este caso en Río de Janeiro, en el contexto de la cumbre oficial de Río+20 y de la Cúpula de los Pueblos, la cumbre paralela de los movimientos sociales.  En esta ocasión, la representación brasileña ha sido especialmente numerosa.

Ambas reuniones – de delegados sociales y de directores de centros – han abordado sus propias agendas, que giran en torno a la creación de una conciencia latinoamericana y al establecimiento de redes de colaboración entre provincias e instituciones sociales.  Llevan años reuniéndose juntos, por lo que el ambiente es muy constructivo y cordial.

En los dos encuentros, Alfredo Ferro, SJ – coordinador social de la Conferencia – ha propuesto disponer de un día y de una mañana respectivamente para dialogar sobre cuestiones de ecología.  Se ha podido presentar el documento “Sanar un mundo herido,” ofrecer una perspectiva del conjunto de iniciativas de la Compañía en el campo ecológico y discernir cuáles pueden ser los siguientes pasos a dar para que nuestra respuesta sea más completa y eficaz.

Era la primera vez que se trataba esta cuestión de modo monográfico.  El interés suscitado ha sido muy grande.  Quienes acompañan a comunidades pobres en América Latina saben que las cuestiones medioambientales son cruciales para el futuro de estas personas.

Los recursos mineros están siendo explotados en todo el continente a un ritmo sin precedentes.  Aumentan los grandes proyectos de desarrollo.  La industria maderera sigue consumiendo los bosques.  La agroindustria crece en todos los países, acaparando enormes cantidades de tierra para la producción de monocultivos como la soja y la caña de azúcar.  Son las comunidades campesinas e indígenas las que más están sufriendo las consecuencias, amenazadas en sus modos de vida.  Los jesuitas acompañan o están cerca de muchos de estos grupos, por lo que su sensibilidad es muy elevada, como podía verse en las reuniones.

Asimismo, ha sido una preciosa sorpresa descubrir la gran cantidad de iniciativas que tienen los jesuitas de América Latina en el campo ecológico: ofertas de espiritualidad, publicaciones, cursos de formación en instituciones educativas, investigaciones, participación en movimientos civiles, promoción de alternativas al desarrollo.  Son innumerables las acciones emprendidas, si bien aún permanecen poco conectadas entre sí.  En el futuro será necesario articularlas mejor para poder ofrecer una respuesta integral.  Por ello han repetido con insistencia la necesidad de la interdisciplinariedad y de responder de modo coordinado desde el conjunto de los sectores apostólicos.  Subrayaban también la importancia de enraizar los esfuerzos en nuestra espiritualidad ignaciana.

Hay camino por recorrer, pero éste ya marcha en la buena dirección.  Se trata de uno más de los muchos esfuerzos de tanta gente de buena voluntad que está luchando por un mundo más justo y sostenible.

Patxi Álvarez, SJ es Director de la Secretariado para la Justicia Social y la Ecología en Roma.

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