La esperanza está en las personas

La esperanza está en las personas

Inicio de la conferencia organizada por la UNDP, "Beyond GDP: Measuring the Future We Want"

Patxi Álvarez, SJ

Esta Conferencia de Río+20 es una exhibición de innumerables grupos procedentes de todo el mundo que aspiran a llevar una vida digna de ser llamada humana, protegiendo al mismo tiempo el medio ambiente.  Se manifiestan en las calles, se cuelan entre los ministros y jefes de Gobierno en la cumbre oficial y organizan múltiples actividades públicas donde muestran sus iniciativas locales.

Mientras se extiende la sensación de que el documento final de la Conferencia confirmará un escaso compromiso de los Estados con el desarrollo sostenible, una vez más se puede comprobar que la esperanza está en las personas.

Hoy teníamos la ocasión de conocer a Shweta, una preciosa chica adivasi –indígena, por tanto– de la India que nos hablaba de su empeño por reducir el uso de electricidad en las aldeas.  Un modo de contribuir a ahorrar recursos energéticos y a extender la preocupación por el medio ambiente.  Shweta trabaja con Robert Athickal, SJ en Patna, en una organización llamada Tarumitra, “amigos de los árboles.

Igualmente, se multiplican en el mundo los esfuerzos por acompañar a campesinos pobres para que puedan aumentar su producción agrícola sin utilizar productos químicos.  Esto les protege de la dependencia de la industria agrícola, cuida de sus suelos y les ayuda a preservar la diversidad de las semillas.  Son muchos los lugares donde la Compañía está participando de estos esfuerzos.

Tarumitra o "amigos de los árboles".

Abundan las comunidades que se defienden de la acometida de las empresas extractivas y de los grandes proyectos de desarrollo, que las desplazan y despojan de sus tierras.  Un movimiento sin precedentes en la historia acelerado por la demanda insaciable de recursos naturales que impulsa nuestro modelo de consumo.

Los jóvenes del planeta están cada día más convencidos de que el crecimiento tiene que ir de la mano de la protección del medio ambiente. Incluso aunque esto disminuya el crecimiento, como señalaba hoy Fondapol, en una encuesta llevada a cabo entre jóvenes del mundo sobre desarrollo sostenible.

También hemos podido escuchar los esfuerzos del Programa de Naciones Unidas por el Desarrollo para valorar el crecimiento de otro modo que no sea exclusivamente económico, como se hace con el PIB.  Hace años que incorporó en su medición la educación, la salud y la esperanza de vida como parte de los indicadores del desarrollo.  Más tarde introdujeron la igualdad, ahora le toca el turno a la sostenibilidad.  Pues no hay desarrollo real, si no es sostenible.  La insostenibilidad en el desarrollo condena a las generaciones futuras a desprotección y vulnerabilidad.

La lista de iniciativas podría ser larguísima.  Mientras los jefes de Gobierno siguen dialogando e intentando alcanzar acuerdos viables en competición de intereses – con exasperante poco éxito, nos corresponde continuar sumando esfuerzos a una construcción colectiva global de protección de la naturaleza, de la que hoy nace toda esperanza razonable

El reloj corre cuenta atrás.  No podemos demorarnos en nuestro compromiso cuando aumentan los indicadores de deterioro del medioambiente y de las poblaciones amenazadas.  Todos estamos convocados a utilizar nuestra creatividad para generar nuevos estilos de vida, más sanos, más sencillos, más saludables y más responsables con el medio ambiente.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *