La gestión de los recursos naturales y mineros

La gestión de los recursos naturales y mineros

Miembros participantes de GIAN-GNMR, Londres, Septiembre 2012

Michael Livingstone y traducción por José Luis Gutierrez, SJ

En todo el mundo, muchas comunidades están luchando para hacer frente a las consecuencias de la extracción y explotación de los recursos naturales y minerales.  Los problemas a los que estas comunidades pobres y marginadas se enfrentan, a menudo incluyen la pérdida de las tierras de las que depende su subsistencia con poca o ninguna compensación, la degradación medioambiental, los impactos relacionados con la salud, y el conflicto y la división entre los miembros de la comunidad en torno a la gestión de los recursos naturales y minerales.

Si bien son pequeñas comunidades las que sufren las consecuencias de la extracción de recursos naturales, este tema no es en absoluto un problema local.  No se trata sólo de que una comunidad concreta pierda su tierra, sino que el tema de la extracción de recursos naturales también involucra a los gobiernos locales y a cómo se utilizan los beneficios, entre otros factores, y no sólo se limitan al contexto local.  Sin embargo, el problema no termina ahí, ya que se plantean otras muchas preguntas.

Las industrias extractivas operan a nivel mundial y tienen un papel importante en una economía cada vez más globalizada.  Los beneficios y los efectos nocivos de la extracción de recursos se sienten a nivel local, nacional y mundial.  Esta interconexión, cada vez más acentuada, necesita respuestas a estas cuestiones que funcionen a todos los niveles, y que vayan desde comunidades locales hasta instituciones internacionales.

La naturaleza y la forma de respuesta a los problemas interconectados de la minería y de la extracción de recursos naturales se han debatido recientemente en una reunión de la Red de Defensa Global ignaciana sobre la gobernanza de los Recursos Naturales y Minerales (GIAN GNMR).  Los representantes de las seis conferencias de la Compañía de Jesús se reunieron durante del 3 al 8 de septiembre en Londres para reflexionar sobre el impacto de la extracción de recursos en las comunidades y para discernir cómo los miembros e instituciones de la sociedad pueden trabajar juntos en la promoción de la equidad y la justicia.

Al reflexionar sobre los problemas a los que se enfrentan las comunidades, en los que están comprometidos los jesuitas, quedó claro que, independientemente de la ubicación, hay similitudes en los problemas que abordan.  En África y América Latina, los beneficios de la extracción de recursos no siempre están distribuidos equitativamente.  Son los intereses de los ricos y poderosos los que se benefician, mientras que las comunidades pobres se quedan con muy poco y tienen que enfrentarse a consecuencias perjudiciales para su bienestar, como la contaminación de la tierra y el negativo impacto sobre la salud.  En el sur de Asia y la región Asia-Pacífico observamos claramente los impactos de la extracción minera sobre las comunidades indígenas.

Los lazos culturales con la tierra y el uso sostenible de la tierra se interrumpen y se reemplazan con ciclos de desplazamiento y de conflicto.  En los países de América del Norte y Europa, las instituciones jesuitas emprenden la difícil tarea de involucrar a los responsables públicos y sus políticos en un diálogo sobre el impacto de las medidas políticas y que a menudo se olvidan.  Un reto importante es elevar la conciencia pública sobre el impacto que los estilos de vida del consumidor tienen sobre otras personas y sobre las comunidades que asumen la extracción de recursos.

A través de la reflexión sobre estas cuestiones, se hizo evidente a los presentes que estos problemas exigen acción a diferentes niveles, desde lo local hasta el plano internacional.  Esto se corresponde con el reconocimiento en la CG 35 de que el mundo se globaliza rápidamente y que ha aumentado nuestra interconexión a niveles diferentes.  Podemos ver esto a través de los hábitos de consumo de las personas en el mundo desarrollado y en cómo las economías emergentes conducen el proceso de extracción de los recursos que afectan a innumerables comunidades en una diversidad de formas.

Reconociendo esto, la reunión GIAN GNMR en Londres discutió acerca de las formas en que las diferentes personas, instituciones y regiones de la sociedad podrían trabajar juntos en la promoción de la justicia ambiental y social, en particular con los pobres y marginados.  Es evidente que los desafíos de hablar a favor de los desposeídos, los pobres y los marginados ante aquellos que se benefician de los intereses creados suponen una dificultad grande para esta tarea, con lo que el avance hacia la justicia requiere tiempo y esfuerzo.

A pesar de la complejidad y los múltiples desafíos que presenta esta cuestión, los miembros de la GIAN-GNMR fueron capaces de tomar el asunto con una manera común de proceder.  En todo el mundo, los miembros de la Compañía de Jesús y las instituciones jesuitas tratan de discernir los caminos justos y equitativos en lo que son a menudo situaciones difíciles, complejas, e incluso peligrosas.  Estamos en solidaridad con los pobres y más vulnerables.  Y, por último, partiendo de nuestra tradición ignaciana, reconocemos que todos y cada uno de los seres humano tiene derecho a vivir con dignidad, y nuestros esfuerzos deben estar dirigidos hacia ellos.

Michael Livingstone es Investigador, y encargado de comunicaciones y estrategias del Servicio Social Jesuita en Australia y asistió al encuentro de GIAN- GNMR en Londres.  Podemos contactar con él a través de Michael.Livingstone(at)jss.org.au.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *