
Pedro Walpole, SJ
Límites y más límites en un mundo que está en continuo desarrollo. Éste es uno de los retos a los que se enfrenta el ser humano de cara a conseguir un equilibrio en nuestro futuro y el de los demás. Marzo es otoño para algunos, primavera para otros, y para muchos es la estación seca o húmeda. Sea cual fuere la época del año, denota un cambio, con sus límites y oportunidades, la vida y la muerte.
Echando un vistazo el diario International New York Times (INYT) un día cualquiera de marzo, me encontré con una serie de artículos que informaban acerca de cómo la preocupación por los problemas ambientales ocupan buena parte de la actividad económica. No hace falta ser un genio para darse cuenta que éstos acaban afectando a la economía mundial; y que la economía por sí sola no puede, en consecuencia, corregirse simplemente con un ajuste financiero. Pero se necesitarán muchos genios y una gran auto-disciplina en nuestras diversas sociedades para gestionar los límites, a diferencia del “crecimiento y el desarrollo” incompatible.
El artículo Más pesca, menos caza escrito por el profesor Daniel Pauly, ofrece una visión actual de los mares del Pacífico Sur y las zonas económicas exclusivas de África, donde pescan potencias de Europa y EE.UU. “Estamos tratando lentamente de reparar el desorden que hemos hecho de nuestras pesquerías del norte, pero lo hacemos transfiriendo el problema, al trasladar la sobrepesca a otro lugar traspasando así el problema a otros,” escribe Pauly. Esto no conlleva un equilibrio de los recursos globales. No existe un reconocimiento de la importancia y la situación crítica por la que pasa la pesca artesanal en relación a las cuotas globales de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y el impacto en la vida de millones de familias que dependen de la actividad en zonas costeras.
Otro artículo, La tierra tiene las horas contadas (http://www.nytimes.com/2014/03/29/world/asia/facing-rising-seas-bangladesh-confronts-the-consequences-of-climate-change.html), nos recuerda que en Bangladesh se han dado cuenta que viven del tiempo prestado a medida que el cambio climático está afectando ahora al país. Lo que Bangladesh puede hacer es simplemente adaptarse. No hay mega-proyectos que contengan el problema, que es al menos de forma inmediata limita su economía.
Otro informe anuncia que La contaminación ha matado a 7 millones de personas en 2012. La contaminación generada por la industria, el transporte y uso de la leña como combustible se ve agravado por el tiempo en un momento dado, ya sea en Pekín o en París (o Singapur en otra época del año). Esto requiere una respuesta amplia, ya que causa estragos en las personas y con el tiempo también en la economía. Muchas discusiones paralizan una decisión, causando desde la pérdida de la tierra en detrimento del desarrollo urbano hasta un creciente desequilibrio entre ricos y pobres.
Atendiendo a Corea, la noticia de primera plana trata de los cambios culturales para la haenyeo, las mujeres buceadoras de Jeju, una isla en el sur de la peninsula Coreana. Buceadoras que resisten en el estrecho de Corea, ‘las Mujeres del Mar’ están disminuyendo pone de relieve que las mujeres en Jeju no quieren que sus hijas tengan las mismas dificultades en la vida, tener que bucear cada día para conseguir alimentos. Hay algo raro en esto, porque al mismo tiempo no hay un reconocimiento de la inversión económica del puerto que se está construyendo en la isla. Se trata de un puerto que otras ciudades no quieren. Muchos autóctonos de la isla han acabado en prisión por oponerse al proyecto, probablemente también por la inclusión de una base naval estadounidense.
Mientras tanto, la Organización Mundial de Comercio respalda a Estados Unidos en otra disputa con China. El país asiático está imponiendo restricciones a la exportación de materias primas, entre ellas ‘tierras raras,’ elementos clave para la tecnología moderna y la industria del acero, abusando de su monopolio en el sector. El problema está vinculado directamente con Australia y en realidad con el resto del mundo, que anticipan medidas para no agotar existencias.
Entre todas estas publicaciones, se da un mayor peso y humor a una editorial caricaturesca de la reunión entre el presidente Obama y el papa Francisco, en la que se piden el uno al otro un autógrafo, como si ambos estuvieran frente a una celebridad. El mundo parece querer respetarlos, pero no pueden asegurar que las cosas están encauzadas, ya que tienen que hacer frente a incertidumbres humanas y globales.
Necesitamos jefes de Estado como Barack y Francisco, Vladimir y Li, para forjar nuevos caminos al tiempo que las líneas de los gobiernos e instituciones asumen una perspectiva más profunda para trabajar conjuntamente. Siempre será una lucha, pero puede ser cada vez más un movimiento que no se esté hacienda bien o que sea el más fuerte y que se imponga sobre otros.
Los conflictos sobre los recursos económicos (naturales), los cambios del clima y los del estilo de vida están a la orden del día. A menudo son de naturaleza política, otras veces los encontramos en la ficción, pero en cualquier caso deben ser entendidos por y para cada familia.
Lo que aprendo de todo esto en que en estos tiempos económicos, el INYT no está haciendo la vista gorda, sino que pone el ojo en el entresijo de preocupaciones, disputas, cambios y desastres en el mundo, calculando el pulso para la supervivencia. El INYT no estima o adivina, a excepción de alguna columna de opinión de vez en cuando, cómo lidiar con la magnitud de la amenaza más grande a la sostenibilidad global.
¿Cuáles son los factores comunes que abarcan todos estos acontecimientos e incidentes? Sin cortar los factores negativos , miedos y acusaciones, ¿hay signos de calma y seguridad? Los negocios y la ciencia se encuentran constantemente y prueban los límites del desarrollo. Los valores sociales también interactúan para encontrar más humanamente respuestas sensibles, aunque los récords financieros indican que no se ha hecho lo correcto y que la situación de los pobres ha empeorado aún más.
Tenemos el desafío de hablar en el mundo con un lenguaje más elaborado de cara a las actual vía para el desarrollo. También tenemos el reto de responder a la necesidad de pensar juntos en formas que nos ayuden cada vez más a trabajar juntos. Mientras que los líderes tratan de predicar con el ejemplo nos planteamos, ¿cuáles son las actitudes para llevar una acción común? ¿Qué valoramos de este mundo cambiante que nos permita avanzar más fácilmente día a día, al tiempo que cuidamos y disfrutamos del lugar donde nos encontramos? ¿Visualizamos con esperanza otras opciones de cambio que compartan varias generaciones? ¿Cuáles son las verdades que podemos afirmar y comunicar con acciones cotidianas y que puedan valorarse en este proceso hacia una interrelación? ¿Nos hemos empujamos a nosotros mismos hacia los límites hasta poder tener mayores opciones globales?