Los océanos también necesitan defensa

Los océanos también necesitan defensa

Contaminación en el mar Báltico. Foto por: Mikael Albrecht de flickr.com

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La sobreexplotación, las corrientes de residuos y contaminantes persistentes determinan el uso humano de su entorno marítimo: el primer “Informe Mundial de los Océano” describe el estado y el desarrollo de los mares con un enfoque interdisciplinar, y ofrece una amplia visión de la economía de los océanos.

La presión sobre los océanos y fondos marinos está aumentando, pero el público en general todavía conoce poco de las interacciones entre las actividades humanas y la vida de los océanos. Considerando que la toma de conciencia general medioambiental está aumentando en todo el mundo, la ecología de los océanos sigue siendo bastante desconocida e insondable; la vida marina se esconde a los ojos humanos. Inmensos y en gran parte inaccesibles, los mares carecen de lobbies que defienda su valor, que destaquen su importancia y la vulnerabilidad y protejan sus ciclos de vida.

Inspirados por la atención pública que despertó el Cuarto Informe de Evaluación del IPCC en 2007 sobre los desafíos del cambio climático, varios institutos oceanográficos en Alemania se sintieron motivados a desarrollar un tipo similar de investigación oceanográfica para elaborar un informe sobre los océanos, lo que centra la atención en un hábitat que cubre tres cuartas partes de la superficie de la Tierra. El resultado, el “Informe Mundial de los Océanos” (WOR en inglés), que recoge información minuciosa y bien documentada proveniente de diferentes disciplinas – ciencias del mar, biología, química, economía, ciencias jurídicas, etc. – en un estilo claro y accesible.

De acuerdo al WOR, la explotación de los recursos naturales (hidratos de metano, petróleo, etc.), de las pesquerías y la acumulación de residuos y contaminantes en los océanos ha alcanzado un grado tal que no sólo pone en peligro a las especies marinas y los ecosistemas, sino que pone seriamente en peligro el mismo bienestar humano. Aprovechamientos decisivos de los ecosistemas como la pesca y la provisión de principios activos para medicamentos están en grave riesgo en muchas partes del mundo. Un aspecto crucial, dicen los autores, es la capacidad de los océanos para absorber millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Con una capacidad superior incluso a la de los bosques del mundo, los océanos son los más grandes “sumideros” de las emisiones antropogénicas de CO2. Sin embargo, el exceso de dióxido de carbono altera el equilibrio químico de los océanos y aumenta la acidificación, con consecuencias impredecibles.

La degradación de la riqueza biológica de los océanos es también el resultado de la demanda mundial de pesca cada vez mayor. Como el WOR ha calculado, cada año se capturan 80 millones de toneladas de pescado con un valor de mercado estimado en alrededor de 90 mil millones de dólares. Desde la década de 1990, la captura total mundial se ha cuadruplicado en una expansión que ha llevado ya, en numerosos casos, a un agotamiento total de las existencias (por ejemplo, el bacalao en el Atlántico noroccidental de la costa de Estados Unidos). En particular, la Política Pesquera Común de la Unión Europea parece insostenible y pone en peligro las pesquerías.

Otra preocupación son los inquietantes flujos de desechos a nivel mundial, que acumulan cada vez más productos químicos y basura en el mar. En los EE.UU. la Academia Nacional de Ciencias estimaba ya en 1975 que más de seis millones de toneladas métricas de desechos (producidos por la navegación, la pesca, el transporte militar, etc.) entraban en los océanos cada año, sin incluir las fuentes terrestres. Impulsada por las corrientes de viento y el mar, apenas visible al ojo humano, esta basura viaja largas distancias y se puede encontrar incluso en las costas más remotas y deshabitadas. Entre Hawái y el norte de América grandes cantidades de basura, principalmente artículos de plástico muy persistente, forman una capa de basura que circula constantemente, llamada el “Gran Parche de Basura del Pacífico“. Entre sus impactos más obvios están los riesgos para la salud, las pérdidas de pesca y efectos negativos en la agricultura próxima a la costa.

Foto de: http://greatpacificgarbagepatch.info/

Una tendencia positiva, sin embargo, de acuerdo al WOR, es la disminución del número de derrames de petróleo. Espectaculares accidentes de petroleros como el del Exxon Valdez en 1989 (con 41.000 toneladas de petróleo vertidas frente a Alaska), el del Jessica en 2001 (644.000 toneladas frente a San Cristóbal) y el Prestige en 2002 (64.000 toneladas frente a las costas españolas y francesas del Atlántico) se han convertido en raros. Aunque hoy en día, sin embargo, sigue siendo cierto que el 35% de la contaminación por hidrocarburos en todo el mundo se origina en las operaciones de transporte ordinario.

Aparte de los temas tratados con frecuencia como la elevación del nivel del mar y la protección costera, la contaminación y la sobrepesca, el estudio recoge también temas menos debatidos, como la migración inducida de especies por el clima, el transporte marítimo mundial y la investigación médica marina. A diferencia de muchas otras publicaciones, el Informe Mundial de los Océanos, a pesar de su alto nivel científico, ofrece una lectura atrayente para todos al ofrecer una imagen clara, colorida y atractiva de la vida marina mundial.

El estudio se actualizará a intervalos regulares y está disponible en Inglés y Alemán, se puede descargar (pdf) o pedir una copia gratuita.

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