Minerales de conflicto en el RDC: Entrevista con Ferdinand Muhigirwa, SJ

Minerales de conflicto en el RDC: Entrevista con Ferdinand Muhigirwa, SJ

El profesor Ferdinand Muhigirwa, SJ fue entrevistado por Ecojesuit en minerales de conflicto en la República Democrática de Congo (RDC). El profesor Muhigirwa es actualmente el Director general del Centro de investigación Arrupe y Centro de formación en Lubumbashi, RDC.

¿Puede explicarnos qué se entiende cuando hablamos de “minerales de conflicto”?

“Minerales del conflicto” es una expresión que sale de la Ley Dodd-Frank (Reforma de Wall Street y Protección del Consumidor). Esta ley se aprobó en EE.UU el 1 de julio 2010. En la sección 1502 aparece la expresión “minerales de conflicto” – minerales como el oro, el estaño, el tantalio y el tungsteno tomados, principalmente por grupos rebeldes, mediante el conflicto, la violencia, el abuso de los derechos humanos y agresiones sexuales.

¿Cuál es la situación actual en la RDC (République Démocratique du Congo) en relación con los minerales de conflicto?

Por el momento la situación no es muy buena. Desde que se aprobó la Ley Dodd-Frank, la normativa empezó a practicarse tan sólo un año y medio más tarde después de su aprobación. La puesta en práctica sigue siendo problemática ya que tenemos alrededor de cuarenta grupos armados operando en el este del Congo (principalmente en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur) y están extrayendo todos los minerales. Es una manera para ellos de financiarse mediante la explotación de los minerales y, supuestamente, la ley Dodd-Frank está destinada a parar, cortar la financiación de los grupos armados.

¿Podría explicar brevemente las implicaciones de esta legislación?

Las implicaciones de la Ley Dodd-Frank, en mi opinión, serán significativas ya que quieren que las empresas mineras de EE.UU. demuestren el origen o la fuente de los minerales antes de extraerlos. Estos minerales, como el oro, el estaño, el tantalio y el tungsteno deben estar libres de conflictos. Esto lo primero. En segundo lugar, la Security Exchange Commission está pidiendo los informes financieros de las empresas mineras de EE.UU. La cantidad, digamos, de kilos o toneladas de minerales que se extraen en el RDC. Tienen que realizar este informe para obtener una especie de transparencia financiera y, como he dicho antes, creo esto significa cortar la financiación, la fuente de financiamiento de los rebeldes. Así que también va a contribuir de manera importante en la paz, la seguridad y la estabilidad en el este de Congo.

¿Cuál crees que podría ser la contribución de la UE?

Creo que la contribución de la UE en este asunto será buena bajo ciertas condiciones. En primer lugar, cuando la cabeza de los Estados de África, perteneciente a la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos (CIRGL), se reunió en diciembre de 2010, la diligencia de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) se presentó y el jefe de Estado decidió, hizo una recomendación: la debida diligencia de la OCDE debería incorporarse a los seis mecanismos de la CIRGL y esto se ha hecho ya, así que ya es una iniciativa que se ha tomado en el ámbito de la armonización de los dos, vamos a decir, instrumentos o mecanismos. Además, creo que la UE también ayudaría económicamente a ver el proceso de certificación que está realizándose en la Región del Gran Lago y eso sería, en mi opinión, muy útil.

Creo que la UE podría contribuir de alguna manera a la implementación del marco y la resolución 2098 (2013) del Consejo de Seguridad para obtener la paz y la estabilidad. De esta manera la legislación de la UE sería realmente funcional y operacional.

¿Cuáles podrían ser los símbolos de esperanza en esta lucha, pensando en las jóvenes generaciones?

Los signos de esperanza. La primera es, la población demográfica de la juventud. El 60% de nuestra población está constituida por los jóvenes. Esto ya es un signo de esperanza. Pero sigo pensando que, además, tenemos que reconstruir la capacidad de la juventud a través de la educación y de la formación, y ayudarles a ser más conscientes de sus derechos cívicos, sociales y económicos, para que en el futuro puedan realmente asumir sus responsabilidades y construir un futuro mejor para la RDC.

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