
Bridget O’Connor y Paul Desmarais, SJ
Este artículo no pretende abordar la cuestión de los organismos genéticamente modificados (OGMs) directamente. Llevamos más de 15 años de experiencia global de cultivos transgénicos. Hay evidencia suficiente proporcionada por los mejores científicos de todo el mundo que apunta que los alimentos transgénicos son perjudiciales. Causan cáncer, alergias, infertilidad, y afectan a los órganos internos de los seres vivos. Los cultivos transgénicos se cruzan mediante polinización con plantas no transgénicas y contaminan los recursos genéticos del mundo. Los cultivos transgénicos son además malos para el medio ambiente. Por ejemplo, ha habido un aumento en el uso de químicos en la agricultura con la introducción de los cultivos transgénicos. Y en general, estos cultivos rinden menos en el balance final que los cultivos no modificados genéticamente.
Este artículo más bien ofrece una breve sinopsis de la historia reciente de los OGMs en Zambia desde 2002, y hace un repaso de lo que está sucediendo actualmente en África y en Zambia en particular, en los últimos años con las semillas de los cultivos “vis-à-vis.”
En 2002 Zambia adquirió una relevancia prominente en el mapa mundial por rechazar el maíz transgénico procedente de los Estados Unidos de América. Durante la temporada 2001-2002 el país sufrió la pérdida de la cosecha debido a la falta de precipitaciones. Después de una cuidadosa investigación y el correspondiente debate, Zambia rechazó el maíz transgénico como medida preventiva y buscó fuentes alternativas. Entonces fue acusado, en particular por el gobierno de Estados Unidos y la industria biotecnológica, de dejar a miles de personas que murieran de hambre por escuchar a grupos ambientalistas occidentales. Debido a que algunos jesuitas estuvieron involucrados en el debate antes de la decisión sobre el uso o no de OGMs, dos de ellos en el Centro de Capacitación Agraria de Kasisi , incluso la Curia de la iglesia católica en Roma presionó e instó a los jesuitas que trabajaban en el país a dejar de matar a la gente por oponerse al uso de OGMs. Esta acusación fue rotundamente negada en ese momento. El informe de la Cruz Roja zambiana, por ejemplo, declaró que “no registró una sola muerte provocada por el hambre” durante esa crisis. Sin embargo, la industria de la biotecnología de Estados Unidos mantiene y reactiva periódicamente la mentira. Mark Lynas, actualmente en África como embajador de GM, volvió a lanzar esta mentira muy recientemente, en abril de 2013, en un discurso en la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida de la Universidad de Cornell, citando el libro publicado en 2009 “Starved for Science,” de Robert Paarlberg.
Cuando se produjo el fallecimiento de Mundia Sikatana, el que fuera ministro de agricultura de Zambia en 2002 y que logró que el país mantuviera su independencia contra la presión externa que imponía el uso de OGMs, el Times of Zambia citó al Dr Guy Scott, en aquel entonces vicepresidente del gobierno, quien recordó que “su (la) decisión (rechazar la oferta) por sí sola ponía al gobierno en riesgo de enemistarse con algunos de los socios que cooperaban con el país. La responsabilidad de explicar a nuestro pueblo la posición del gobierno sobre este asunto cayó de lleno sobre Mundia Sikatana como ministro de agricultura. Él llevó a cabo esta difícil tarea con distinción, al tiempo que garantizó que ni una sola vida en Zambia se perdiera debido a la falta de acceso al maíz natural, no modificado genéticamente.”
Todas aquellas personas y organizaciones que promueven la agroecología en Zambia pensaron que la cuestión y disputa de los organismos modificados genéticamente y Zambia se resolvió en 2002. Una normativa de bioseguridad se puso en marcha en 2007, la cual exige procedimientos de solicitud estrictos para los OGMs e incluía una cláusula de que “quien contamina, paga.”
En 2010, el centro de formación agrícola Kasisi asistió a un taller del Mercado Común de África Oriental y Meridional (COMESA) que fue convocado para acordar una política regional consensuada en referencia a los OGMs que será mucho menos estricta que la propia legislación zambiana. COMESA cuenta con 20 países miembros y sus reglamentos son vinculantes sobre cualquier anterior normativa nacional. Kasisi cayó en la cuenta por primera vez en este taller que un organismo especializado de COMESA denominado Alianza para el Comercio de Productos Básicos en el África Oriental y Meridional (ACTESA), se creó en 2009 con el patrocinio de USAID. El desarrollo de esta Alianza es descrita como: “Reconociendo el potencial de la biotecnología para mejorar la productividad y la calidad de los cultivos, una Unidad de biotecnología y bioseguridad se ha creado dentro ACTESA, y a partir de ahora es responsable de liderar la agenda biotecnológica del COMESA.”
Este evento catalizó la unión de las organizaciones en Zambia bajo el nombre de la Alianza para la Conservación de la Agroecología y la Biodiversidad. La Alianza sacó primero un comunicado de prensa sobre la preocupación del plan de COMESA, el 21 de diciembre de 2010. Más tarde trabajó en estrategias para aumentar la concienciación sobre el perjuicio del uso de semillas de algodón transgénicas, sobre todo entre pequeños agricultores, elaborando una hoja informativa en tres idiomas zambianos. Además organizó un desayuno con los medios marzo 2012. Durante este evento, el secretario general del recién partido gobernante Frente Patriótico, ahora ministro de justicia, Sr. Wynter Kabimba, proclamó que “el Frente Patriótico no permitirá la importación y el uso de organismos modificados genéticamente en el país a causa de los efectos adversos que tienen sobre el medio ambiente y la salud,” según se publicó en el Daily Mail, Zambia. El centro de formación agrícola Kasisi, además, incluye un módulo de sensibilización sobre los OGMs en todos sus cursos de capacitación para agricultores.
Este año, la Alianza se ha dado cuenta de otra actividad COMESA-ACTESA: el desarrollo de reglamentos comerciales armonizados que tienen que ser firmados como ley por los Estados miembros de COMESA para la comercialización de semillas transgénicas a nivel regional. La ley tiene por objeto facilitar la circulación y flujo de semillas transgénicas entre los países del COMESA, que los productores de semillas puedan acceder fácilmente a los mercados regionales mediante la simplificación de los procedimientos aduaneros y acelerar la aprobación de variedades de semillas en la región. Este proceso, financiado con millones de dólares procedentes de la Unión Europea y la USAID, se desarrolló en silencio por los tecnócratas durante más de dos años y sólo se ha hecho público cuando ha estado todo listo para que la ley sea firmada.
Miembros de la Alianza que trabajan con el Centro Africano para la Bioseguridad lograron asistir a la reunión de creación de sensibilización en marzo de 2013 y plantearon una serie de problemas, en particular la falta de salvaguardias para proteger los derechos de los pequeños agricultores que siguen guardando sus semillas tradicionales y compartir las prácticas que conservan y desarrollan los recursos fito-genéticos del país, la pérdida de la soberanía del estado y la creación de monopolios de semillas. Se difundió un comunicado de prensa donde se mostraba la preocupación de la sociedad civil sobre todas estas circunstancias. Uno de los resultados positivos de la intervención de la Alianza fue escuchar al secretario general de los estados pertenecientes a COMESA que “COMESA no tiene una legislación sobre OGMs.”
Sudáfrica y Egipto son los dos países de África que aceptan sin ningún tipo de objeción los OGMs. Recientemente la empresa gigante de biotecnología de semillas DuPont Pioneer compró Pannar Seed, una empresa de semillas sudafricana. Por lo tanto, Monsanto y DuPont Pioneer controlan ahora todo el sector del maíz en Sudáfrica. El pasado 5 julio de 2013, The Post Online informó que Syngenta adquiere MRI SEED Zambia Ltd y la MRI Agro Ltd, con la promesa de invertir 500 millones de dólares USA y la creación de 700 puestos de trabajo. Syngenta ha estado en Zambia durante 10 años y Monsanto llegó hace cerca de dos años. Ellos han estado vendiendo agroquímicos y semillas no modificadas genéticamente a la espera, obviamente, y tratando de influir en el cambio de actitud de Zambia sobre los OGMs.
La “Southern Africa Development Community” está desarrollando una regulación similar a la de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, más comúnmente conocida como UPOV 91. Hay un patrón similar en el proceso de una organización regional de patentes denominada Organización Regional Africana de la Propiedad Intelectual.
Estas normas regionales armonizadas menos estrictas parecen estar allanando el camino para las Nuevas Iniciativas Agrícolas Africanas, como los Corredores de Crecimiento Agrícola de África, concepto que fue acuñado por el Foro Económico Mundial. En 2011, el Foro presentó su ‘Hoja de Ruta para socios’ en preparación de su ‘Nueva Visión para la Agricultura,’ que está liderada por 28 empresas mundiales asociadas que representan a toda la cadena de suministro; desde las semillas, los insumos químicos, la producción, el procesamiento, el transporte y el comercio en los supermercados. Estos socios incluyen Archer Daniels Midland Company (ADM), BASF, Bayer, Bunge, Cargill, Coca-Cola, DuPont, Monsanto, Syngenta, Unilever, Wal-Mart, y Yara. La Unión Africana, la Nueva Alianza para el Desarrollo de África y de su Programa Integral de Desarrollo Agrícola de África, la Alianza para una Nueva Revolución Verde en África, y Grow Africa también están involucrados. Esta hoja de ruta fue seguida por la formación de la Nueva Alianza para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en 2012 que incluye los países del G8, los países africanos, y muchas de las propias corporaciones privadas.
Los Corredores de Crecimiento Agrícola de África se están creando a través de millones de hectáreas de tierras africanas, actualmente en Mozambique y Tanzania, con la posibilidad prevista de ampliar a Zambia, Malawi, Zimbabwe, la República Democrática del Congo, e incluso seguir más allá. Con el pretexto de aumentar la productividad agrícola, estos proyectos son para probablemente facilitar la apropiación de tierras y el desplazamiento de los pequeños agricultores, mientras que imponen altos insumos, la agricultura industrial, y la utilización de semillas híbridas y transgénicas.
A nivel mundial, en la actualidad hay un puñado de compañías de semillas grandes que están comprando compañías de semillas pequeñas. Tenemos el caso de Zambia, donde Syngenta quiere comprar MRI, una empresa de semillas locales donde la mayor parte de su germoplasma proviene de Zambia. La población de Zambia debe poseer y tener la propiedad de este germoplasma y no una empresa extranjera. DuPont compró Pannar en África del Sur y la empresa de semillas transnacionales impondrá a los agricultores de Sudáfrica, Zambia y otros países qué semillas estén disponibles a la venta. Habrá mucho menos posibilidades de elección para el agricultor. La estrategia utilizada ahora es mucho más siniestra que el intento directo en 2002 de lograr que los países acepten las semillas transgénicas.
Las semillas son la base de la alimentación. Es la expresión de la inteligencia de la tierra y de comunidades de agricultores durante milenios. Hasta hace muy poco tiempo, cada uno era dueño de sus semillas, pero ahora las grandes empresas corporativas están re-escribiendo las leyes a su favor. Lo que están haciendo es una violación de las leyes que rigen la base genética de las semillas y el proceso democrático para producir alimentos. Es una situación lamentable que, los que deben estar regulados y controlados, son de hecho, los que escriben las leyes para obtener el poder y la propiedad absoluta sobre la semilla, que es la vida misma. ¡Lo que tenemos no es sólo una crisis alimentaria y agrícola, sino también una crisis de la democracia que se está propagando en gran parte por un país que se enorgullece de ser la institución más democrática del mundo!
El asunto en cuestión es mucho más que una discusión sobre semillas transgénicas. Se trata de la democracia y la propiedad de la vida misma. El sentido común podría finalmente prevalecer. La Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó recientemente acerca de un gen del cáncer de mama que “un segmento de ADN de origen natural es un producto de la naturaleza y no es susceptible de patentar simplemente por el hecho de haber sido aislado.”
Por ahora, Zambia todavía abraza el principio de precaución del Protocolo de Cartagena sobre los OGMs. Hay una autoridad de seguridad sobre biotecnología, y de acuerdo con su secretario interino, no hay ninguna solicitud recibida hasta la fecha para investigar o importar organismos genéticamente modificados en Zambia.
Los autores forman parte del Centro de Formación Agrícola Kasisi y sus referencias para este artículo son el Centro Africano para la Bioseguridad y la ley de la semilla de Vandana Shiva, que se puede descargar en Navdanya.