CIDSE, una alianza internacional de 17 agencias de desarrollo católicas que trabajan juntos por la justicia global, ha elaborado un informe que expone su visión para un acuerdo climático, que sitúa la dimensión moral del cambio climático en el centro.
Inspirado en la Encíclica del Papa Francisco Laudato si’, el documento titulado Paris, para las Personas y el Planeta, se presentó a finales de octubre, apenas a un mes del inicio de las conversaciones sobre el cambio climático en París, en la sesión 21ª de la Conferencia de las Partes (COP21). A raíz de la visión propuesta por el Papa en su Encíclica, CIDSE espera que la Conferencia de la ONU en París ayude a poner en marcha un proceso que genere un cambio transformador y sistémico que aborde las causas profundas de la actual crisis social y ecológica.
El informe insta a los gobiernos a que sitúen en el centro de sus preocupaciones a las comunidades más pobres y que más sufren las consecuencias del cambio climático, y que siendo los más afectados, tienen una capacidad limitada para adaptarse. El cambio climático corre el riesgo de empujar a las personas y las comunidades a la pobreza, deshaciendo décadas de los beneficios del desarrollo.
CIDSE defiende un acuerdo en Paris que elimine gradualmente todas las emisiones de combustibles fósiles y propicien una transición hacia el 100% de fuentes energéticas renovables que garantice un acceso universal a una energía sostenible. Debería garantizar que el umbral del 1,5°C del aumento de la temperatura aparezca reflejado en un acuerdo mundial jurídicamente vinculante, establecer como objetivo la decarbonización total para el año 2050 aplicar revisiones quinquenales de las promesas para intensificar esfuerzos.
Como parte del pago de la “deuda ecológica” contraída con los países pobres, los más ricos deberían comprometerse a financiar de forma adecuada, garantizada y oportuna la lucha contra el cambio climático emprendida por los países pobres. El informe menciona este concepto definido por el papa Francisco, que supone no podemos obviar las profundas desigualdades históricas en el marco de las negociaciones sobre el cambio climático. “La inequidad no afecta sólo a individuos, sino a países enteros, y obliga a pensar en una ética de las relaciones internacionales. Hay una verdadera «deuda ecológica», particularmente entre el Norte y el Sur, relacionada con desequilibrios comerciales con consecuencias en el ámbito ecológico, así como con el uso desproporcionado de los recursos naturales llevado a cabo históricamente por algunos países.” (LS 51)
Otras preocupaciones también se han sugerido como parte de las discusiones del Acuerdo de París, como hacer operativo el concepto de derechos humanos e incluir el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria, así como la igualdad de género y la necesidad de proveer de electricidad a millones de personas que todavía no tienen acceso. También existe el deseo de desafiar el actual modelo económico de crecimiento y el enfoque exclusivo en las soluciones basadas en el mercado.
CIDSE se refiere a la equidad ya que no sólo acerca de cómo compartir el esfuerzo (reducción de emisiones y de apoyo) entre los países de una manera justa; también se trata de la construcción de una agenda transformadora para la justicia social y los derechos humanos.
El informe de CIDSE también llama a poner fin a la sobreexplotación global de los recursos naturales finitos, que requiere establecer límites al consumo general, tal y como afirma el Papa Francisco en cuanto a que “(n)o hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza.” (LS 139)
Sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático, CIDSE pide a los países desarrollados que elaboren un plan y un calendario sobre cómo van a acelerar el apoyo a los países en desarrollo a través del cumplimiento del objetivo previsto de 100.000 millones de dólares. Sobre el clima y la agricultura, afirma que es necesario incluir una referencia explícita en el articulado principal del Acuerdo de París al impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria. Al mismo tiempo, hay una necesidad de garantizar que las acciones climáticas no afectarán de forma negativa a esta seguridad alimentaria y promover y respaldar la agroecología a través de los mecanismos adecuados de financiación pública, y los sistemas alimentarios sostenibles y resilientes.
Este llamamiento hacia un cambio de paradigma se refleja en la campaña de CIDSE, Cambiemos por el Planeta – Cuidemos a las Personas, cuyo objetivo es generar y hacer posible un cambio radical en el estilo de vida de las personas hacia un modo más simple, reduciendo su consumo general de energía y eligiendo alimentos responsables desde el punto de vista medioambiental.
París, para las Personas y el Planeta presenta iniciativas impulsadas como “clave” para alcanzar la justicia climática. Y como CIDSE afirma, cambio transformador significa ir más allá de “lo de siempre,” hacia un uso y distribución de los recursos mundiales justa, equitativo y sostenible. Este es también el mensaje claro de la Encíclica del Papa: “Pero hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres.” (LS 49)
CIDSE significa el nombre completo de la organización francesa “Coopération Internationale pour le Développement et la Solidarité,” que puede traducirse como la Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad.
El grito de los pobres es el grito de la tierra (Pacha Mama) ¿Cuál es la causa, la raíz, la fuente de esta terrible Injusticia infernal que vivimos y sentimos a nivel mundial, más los Países del Tercer y Cuarto Mundo…? Escuchemos a mi amigo Albert Einstein: “La pobreza es peor que la bomba atómica… Yo no temo la bomba atómica, lo que temo es la explosión del mal en el corazón del ser humano…” E Ignacio de Loyola: las grandes constantes del ser humano son: Codicia de Riquezas, Vano honor del mundo y crecida Soberbia… ¿Cómo se manifiestan estas tendencias injustas de terribles consecuencias mundiales…? Lo que estamos viviendo… El Poder Económico a nivel mundial: Capitalismo con sus múltiples sustentáculos: Relaciones económicas injustas, mercados injustos, acumulación, acaparamiento de todos los bienes en pocas manos… Es como el Vampiro: chupa la sangre de las víctimas, pero no las mata, les rotro-alimenta para seguir explotándolas… Necesitamos una Revolucón del Espíritu a nivel estructural, social, político, cultural, religioso, educacional…
EL GRITO DE LOS EMPOBRECIDOS ES EL GRITO DE LA PACHA MAMA, DE LA MADRE TIERRA.. ¿Cuál es la causa, la raíz, la fuente de este terrible desfase, de esta horrible injusticia, de este asesinato colectivo y mundial? Escuchemos a mi amigo Albert Einstein: ” Yo no temo la bomba atómica, lo que temo es la explosión terrible del mal en corazón de ser humano… La pobreza es peor que la bomba atómica…” Porque la pobreza nos asesina lentamente… E Ignacio de Loyola nos dice: que en el corazón del ser humano anida: La codicia de riquezas, acumulación desmedida… El Poder Económico. Capitalismo… Es como el vampiro que chupa la sangre de sus víctimas y las retro-alimenta para seguir chupándolas… No las mata… ¿Cuál es la causa, la raíz, la fuente de la depredación de la madre naturaleza, del extractivismo inmisericorde… El asesinato de los hermanos… La ambición del dinero, terrible caballero es don dinero… la codicia de poseer más y más y más… Las relaciones de producción,los modos de producción, la maldita acumulación de las riquezas de todos están en pocas manos a nivel mundial… Consumo, luego
existo, tengo, luego soy… El ídolo de la riqueza… Sinceramente: ¿Cuánto necesitamos para vivir dignamente…? ¿Cuántos pares de zapatos tenemos, cuántas camisas. ¿Cuánta agua consumimos? ¿Qué comemos, cómo comemos…? Seamos sinceros.. Lo que nos sobra es de los pobres…