
Dr Ziran Bao
Ecojesuit comparte estas interesantes reflexiones dela Dr. Ziran Bao, un Ingeniera Superior en el Centro de Educación y Comunicación Medioambiental del Ministerio de Protección Medioambiental de China. Estas reflexiones se basan en el documento que compartió en el taller organizado por el Instituto Mateo Ricci el 7 y 8 de Noviembre de 2012 titulado “Género humano y naturaleza: un complejo sistema de interdependencia en un mundo globalizado” . La Dr. Bao reflexiona sobre las dificultades y retos que China tiene que afrontar, más allá del asunto de la construcción de pantanos, como cuestiones básicas en lo referente a la conservación del agua y los nutrientes del suelo.
El sistema medioambiental de China ha recorrido una transición en los últimos 40 años y la evolución en el modo de gestionar el medioambiente es muy evidente durante este periodo.
El sistema Chino sufrió una gran influencia en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medioambiente Humano de Estocolmo, Suecia, en 1972. Un año más tarde, China celebró la primera conferencia nacional sobre la protección del medio ambiente y estableció el primer Grupo de Liderazgo Medioambiental. En 2008 este grupo fue elevado a la categoría estatal de Ministerio de Protección Medioambiental de la República Popular China. El Ministerio tiene dos responsabilidades fundamentales: definir las políticas medioambientales y aplicar la legislación y regulación medioambiental. Por ejemplo se suprimieron seis departamentos industriales -electricidad, carbón, maquinaria, electrónica, metalurgia e industrias químicas- y sus funciones de protección medioambiental se transfirieron al Ministerio.
Hasta el momento China ha promulgado 19 leyes de protección del medioambiente y los recursos naturales. Esta legislación ha tenido un impacto limitado y se producen impactos de contaminación medioambiental con relativa frecuencia. Hay algunas razones para esto.
Primero, el departamento de protección medioambiental no tiene suficiente autoridad. No hay relación administrativa entre este departamento y los responsables de la industria. Como resultado, se producen numerosos conflictos entre los dos. Un ejemplo es el caso del uso tradicional de jaulas en la Zona Protegida de las Tres Gargantas. El sector pesquero promovía el uso de jaulas como una actividad ecológica y sin embargo el departamento de protección medioambiental considera que las jaulas provocan contaminación del agua.
Los departamentos de protección medioambiental a nivel local también tienen muchas limitaciones en objetivos y autoridad. Están bajo la jurisdicción de las autoridades locales y están obligados a seguir las decisiones de las autoridades locales en todo lo referente a protección medioambiental. Además, la mayor parte de las agencias medioambientales a nivel local son de rango local y no funcionarios del estado, pero la ley sólo puede ser aplicada por departamentos administrativos de rango superior. El resultado es que se producen conflictos, y a veces se entorpece la aplicación de la ley.
En segundo lugar hay una falta de incentivos para la protección medioambiental. A los funcionarios locales de alto rango se les evalúa en función de indicadores de creación de empleo, finanzas e impuestos. Esto hace que se centren fundamentalmente en promover el desarrollo económico porque eso también mejora su status. Para atraer inversiones las autoridades locales rebajan los requisitos de protección medioambiental favoreciendo las actividades que generan altos ingresos aunque puedan ser altamente contaminantes. En 2006, 386 personas sufrieron intoxicación por plomo en el distrito de Gansu Hui, pero la empresa causante de la contaminación fue protegida por las autoridades locales como “empresa estratégica.”

En tercer lugar, hay pocos recursos para aplicar la legislación medioambiental. Las agencias de supervisión medioambiental tienen poco personal y carecen de los recursos y los equipos necesario para llevar adelante su misión. De 2,858 distritos, 700 no tienen oficinas de supervisión. La limitada capacidad para monitorizar significa que las empresas operando a nivel local pueden aprovecharse para realizar actividades contaminantes.
Cuarto, hay una dependencia excesiva de la aplicación de la legislación medioambiental en las medidas administrativas. El departamento de medioambiente no tiene capacidad judicial. Desafortunadamente, las reclamaciones civiles y los procedimientos administrativos tienen una capacidad limitada para detener las violaciones medioambientales.
A menudo las empresas implicadas en actividades contaminantes solo reaccionan ante la presión ejercida por los medios de comunicación o la opinión pública, de hecho los medios de comunicación juegan un gran papel pues concientizan a la población. Pero tampoco está garantizado el derecho a la información pública. Aunque existe toda una normativa sobre la libertad de información desde 2008, el historial de transparencia pública no es bueno. En 2008 el grupo “Amigos de la Naturaleza” de Shanghái pidió a la oficina de protección medioambiental el informe sobre calidad del agua potable, pero la oficina se negó alegando que dar esa información podría provocar el pánico en la población.
Pero hay también algunos resultados positivos. En Xiamen, se generó una fuerte oposición pública al proyecto de Xiamen Haicang PX8 (paraxileno) que utiliza productos químicos peligrosos y cancerígenos. Aunque el proyecto tenía una inversión de 80 mil millones de yuanes, el ayuntamiento de Xiamen cedió a la opinión pública y paralizó el proyecto.
Hay un número creciente de activas organizaciones civiles para la protección medioambiental. Pero en conjunto estos grupos son todavía bastante débiles y carecen de recursos suficientes para sus actividades.
Hay también propuestas para mejorar la protección medioambiental del sistema administrativo. Esto incluiría:
1. Necesidad de reforzar las capacidades del departamento de protección medioambiental. Las funciones de protección medioambiental del departamento de recursos naturales deberían ser transferidas al departamento de protección medioambiental.
2. Se debería establecer un sistema vertical de gestión medioambiental. Los gobiernos locales no pueden tener toda la responsabilidad porque muchos asuntos tienen implicaciones a diferente nivel regional. Al estar los departamentos medioambientales inscritos en las autoridades locales, su alcance resulta limitado, e igualmente la capacidad para aplicar la legislación. Para remediar esta situación habría que establecer dos sistemas verticales: uno a nivel nacional y otro a nivel provincial.
3. Se necesita más capacidad en el personal de las autoridades locales. Las agencias medioambientales locales deberían transformarse en parte de la administración pública. Igualmente los altos funcionarios locales deben apreciar el valor de la protección ambiental más que centrarse solo en el crecimiento económico. Se necesita garantizar que las agencias locales tengan las dotaciones de presupuesto necesarias.
4. Se necesita reforzar el sistema de supervisión judicial y social. Sería bueno establecer un sistema de reclamación judicial púbico que protegiera los intereses públicos medioambientales y que apoyara a las organizaciones sociales. Debe apoyarse y protegerse la libertad de información para garantizar el derecho a conocer sobre asuntos medioambientales. Se tiene que mejorar también el procedimiento de información por parte del gobierno.
Dada esta historia de cambios y a pesar de los grandes retos que todavía tenemos es razonable esperar una mayor protección del medio ambiente, también por parte de las empresas, en el contexto de China.