
Pedro Walpole, SJ
Actualmente, 400 millones de personas hablan inglés, 300 millones hablan español y unos 47 millones hablan Hokkien. En Asia, al menos, el inglés es la lengua más habitual. Destaca India y Filipinas donde el inglés se estableció en el periodo colonial y una parte importante de la población lo usa; de hecho estos países se han convertido en centros de difusión del inglés mediante los “call centres” y los emigrantes.
Hubo un tiempo, en el siglo pasado, en el que la enseñanza se focalizó en la lengua nacional como un elemento esencial del nuevo orden establecido, como fuente de identidad y justicia social. Las oportunidades de crecimiento económico, el atractivo de la cultura globalizada, y no sólo la información instantánea pero también un tipo de “comprensión” de la realidad, todo ello ha motivado que incluso en aldeas sin acceso por carretera la gente quiera aprender inglés como tercer o cuarto idioma.
¿Es así de sencillo? ¿Hay una única lengua para todos, al menos para promover la globalización? Para aquellos que tienen aspiraciones conocer el inglés es un objetivo fundamental para estar conectado en el ámbito urbano y en los flujos globales. Cada vez más la población rural quiere dejar de cultivar la tierra. La potencial seguridad que da un empleo y la facilidad para el consumo han promovido el desarrollo urbano de millones de personas. Esta ha sido la tendencia, al menos hasta la última crisis financiera, agravada con una pérdida de confianza a nivel local y fenómenos de impacto social como los conflictos violentos de Londres.
En la ansiedad propia de cualquier joven al mirar el mundo no hay tiempo para comprender lo que podría ser valioso más tarde, qué contextos ya existen para buscar otras oportunidades alternativas o cómo se podría experimentar otros logros diferentes. Muchos buscan mayor seguridad para su familia y a menudo reciben esa pesada y arriesgad responsabilidad, precisamente por su juventud. El yo se siente perdido en esta situación y sólo tiempos difíciles le devuelven a la interioridad y a la búsqueda de identidad. Ese mínimo 2% de crecimiento económico que parecía necesario para asegurar el desarrollo ha desaparecido ¿momentáneamente? Necesitamos ajustar nuestras expectativas, y nuestra identidad, a la realización personal y esa brecha ha provocado mucha frustración y rabia. La sociedad fácilmente repudia lo que no puede aceptar.
La enseñanza –reducida a lengua (y matemáticas)- se ha convertido en la herramienta para competir. En la competitividad hay muchos que pierden, esto forma parte de la naturaleza de la competitividad y de los mercados. Por ello hay miles de millones de personas que no pueden competir satisfactoriamente en ese mito del desarrollo económico para todos. El desarrollo humano, que también sufre por falta de sostenibilidad al estar vinculado a la economía, permite otras oportunidades. El desarrollo humano, u oportunidades para todos, fue el lema del nacionalismo hace décadas y más recientemente de la globalización a través de los Objetivos del Milenio. La reducción de la pobreza es el primer objetivo y la educación el segundo. La educación ocupa un lugar central en el desarrollo humano, la seguridad de la familia, la participación social y la sostenibilidad medioambiental y económica.
Ha emergido una nueva comprensión de la enseñanza multilingüe (EM) que propone el uso de las lenguas nacionales y de las globales. De cualquier modo, es un triste balance que más de 114 millones de niños no reciben enseñanza básica (Proyecto del Milenio, UN); que los profesores no están cualificados en sus propias lenguas, menos aún en inglés; y sabemos que esos niños podrían aprender de un modo mejor y alcanzarían más fácilmente otros elementos del desarrollo humano –que les daría acceso a cubrir más necesidades básicas,- si recibiesen la educación en su lengua local.
No hay nada nuevo en esto. Desde que han existido las madres ha habido una “lengua materna”. Las madres han dedicado más tiempo a los niños y han sido, de hecho, el primer maestro estable de los niños. El objetivo de la educación debería ser prolongar este aprendizaje, no hacerlo desaparecer en favor de conceptos urbanos que no tienen referencia en las aldeas y tampoco significan nada en las mentes de los niños.
Al programa de EM se han incorporado cada vez más países y las Naciones Unidas, destinado a regiones culturales y pueblos indígenas. El EM es nuevo en el sentido de que está apoyado por las autoridades pero es elaborado desde la base, desde la población, para que sea una experiencia de aprendizaje para todos. El aprendizaje en la lengua materna a partir de experiencias y conceptos de su cultura da identidad y refuerza tanto a las personas concretas como a las comunidades. Aprender un lenguaje, según lo conocemos hoy a través de los procesos cognitivos, se produce primero en la mente y luego se adapta a otros idiomas. Si el primer idioma lo aprendemos con confianza y sentido ésta será la mejor base para aprender otros idiomas. Esto hace a la lengua materna una base fundamental, reforzada por los padres. El territorio cultural o el paradigma cognitivo resultan así claros para los niños. De esta manera, el niño está en mejor posición, psicológicamente y en términos de comprensión, para aprender otro idioma, si el primero o el segundo que aprende son el lenguaje nacional entonces el niño entra en la sociedad con más posibilidades de seguir implicándose.
Más aún, podría parecer que hay muchos modelos con esta orientación, pero la investigación va mostrando lo contrario.
“Sabemos lo importante que es la lengua materna para los resultados de la enseñanza” declaró Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, con ocasión del Día de la Lengua Materna, el 21 de febrero de 2011. “La lengua materna es un importante camino para combatir la discriminación y llegar a las poblaciones más marginadas”.
Las lecciones aprendidas por los especialistas en desarrollo humano y educación no terminan aquí. El rechazo post-colonial de otras culturas y grupos emergiendo en Europa, o en esa amalgama de mentalidades que son los Estados Unidos, ha primado durante generaciones, llevándonos a un liberalismo global. En las sociedades desarrolladas la falta de expresiones culturales e identidad, son temas bastante debatidos.
En nuestro caso, en países menos desarrollados económicamente, el desarrollo humano permite un aprendizaje integral, tal vez no competitivo para este mundo globalizado; pero más cercano a la sostenibilidad e identidad que se convierten en oportunidad aunque no sean para el supuesto ideal de consumismo.
No estoy iniciado en este tema y, tal vez por ello, la lectura de este artículo me deja algo perplejo. Creo entender que se defiende prioritariamente arrancar la enseñanza por el aprendizaje del idioma materno. No me queda claro: 1) qué se recomienda cuando el país donde vive el niño es prácticamente bilingue o conviven dos lenguas casi bilingues; 2)si se recomienda o no pasar pronto a la enseñanza también de un segundo o incluso un tercer idioma,cuando son más numerosamente hablados; 3) si es contraindicada la enseñanza en la escueña de un tercero y hasta un cuarto idioma
Querido P. Espina:
Disculpe por tardar en responderle.
Comprendo perfectamente las dificultades que usted señala, experimentadas en distintos países, cuando se trata de integrar y estar atentos a los otros de la mejor manera; sin duda es un gran problema.
En lo que respecta a la enseñanza multilingüe en Asia estaríamos hablando:
– De enseñanza básica para miles de culturas indígenas (lenguas) cuya población no tiene siempre la oportunidad de ir a la escuela: o porque viven en zonas remotas, o no comprenden la lengua nacional y sufren elevadas tasas de abandono.
– No es una amenaza para la lengua mayoritaria o para las lenguas dominantes, o para sus poblaciones, el que puedan aprender en su idioma una minoría, se trata de ofrecer reconocimiento en el sistema educativo, porque necesitan aprender a través de su propia lengua.
– Enseñamos en la lengua materna, también enseñamos en la lengua nacional, pero la enseñamos (la nacional) a través de la lengua materna.
– No podemos llamarlo “enseñanza en lengua materna” porque algunos gobiernos lo consideran un intento de ruptura o de aislamiento
– Así que enseñamos distintas lenguas pero siempre a través de la lengua materna, por supuesto la lengua nacional
– ¿Por qué? Porque para nosotros el modo humano de aprendizaje éste es mejor cuando los conceptos son fuertes y se experimentan, y entonces resulta más fácil aprender otras lenguas si la base es buena
– En Filipinas hay muchos niños indígenas que abandonan el sistema educativo – dicen que no comprenden a los maestros después de años y el hecho es que no mejoran. Creemos que esto se debe a que los alumnos carecen de una base sólida para el aprendizaje y a que los maestros enviados a estas escuelas no conocen nada de las lenguas locales.
– La enseñanza multilingüe permite a los niños tener una buena base en su propia cultura; un sentido de identidad y la capacidad para -desde su cultura- conectar con la sociedad de una manera más efectiva.
– Un idioma no lo resuelve todo; la capacidad de aprender de otras culturas y la diversidad están en la base de la sostenibilidad y la creatividad; es un modo de promover una mayor integridad y justicia en la sociedad, pero hay que hacerlo despacio porque hay mucho que cimentar.